miércoles, 20 de octubre de 2010

enojosa

como de costumbre osaba plantarme de frente y mirarle, sacudia yo la cabeza por intervalos intentando observar la hora exacta en el reloj de la pared contigua a la cocina ya dban casi las diez y aun ella no aparecia por ningun lugar la casa permanecio en silencio solo un tintinear de pajaros en el patio comiendo sobras de maiz revoloteaban y cantaban desprevenidos unas cuantas gotas de lluvia acompasaron a estos plumiferos rebotando sobre las tejas de zinc me pare de nuevo y sostuve entre mis manos una copa de vino usada y con una marca de pintalabios y un ultimo sorbo de vinoblanco mezclado con vestigios de cenizas de cigarrillo daba pasitos entrecortados de del patio hasta la cocina aun con la copa entre manos meditando elaborando ideas desconsolado aturdido en el fondo se oyo rechinar por entre el zaguan la puerta de la entrada me apresure a descargar la copa sobre cualquier lugar intentando evitar cualquier sospe

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